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Dermatólogo de guardia, ¿dígame?

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Dermapixel estrena colaborador. Os presento a Toni Nadal, residente de 2º año de Dermatología, quien nos va a explicar el caso que hemos seleccionado para esta semana. Yo ya me callo, os dejo con él:

Con mayor frecuencia de la que cabría esperar, a veces en urgencias aparecen pacientes con patología dermatológica o, al menos, cuyos síntomas se manifiestan inicialmente sobre la piel. Este caso se presentó en una más de esas guardias interminables de medicina general, en otoño.

En la hoja de triaje podía leerse: “paciente del año 1983. Mujer embarazada de 17 semanas. Lesiones en la piel y fiebre”. El caso perfecto para un dermatólogo en ciernes.


Maite (nombre ficticio) no tiene alergias a medicamentos (que ella sepa), y como antecedentes sólo presenta una apendicectomía y un embarazo previo. Entra a la consulta visiblemente afectada, me cuenta que desde hace dos días ha aparecido una erupción cutánea que va en aumento, que se extiende por todo el cuerpo, que le pica y que además presenta gran malestar, fiebre, cefalea y fotofobia.

Profundizando un poco más, al parecer hace unos 5 ó 6 días empezó con una cuadro de faringoamigdalitis, como el que padece una o dos veces al año, así que tomó sus medicamentos habituales en estos casos: ibuprofeno y amoxicilina-clavulánico. Pero al contrario que en anteriores ocasiones, esta vez la fiebre fue en aumento, junto con el malestar general. Posteriormente apareció empezó a picarle detrás de las orejas y en la nuca y más tarde las lesiones progresaron en sentido descendente hasta ocupar casi toda la superficie corporal.


Maite nos pregunta que cuánto tardará la enfermera en ponerle algo para el picor y la alergia y nos advierte que vayamos con cuidado, que no pueda perjudicar al bebe.

La primera pregunta: ¿es una alergia... o es otra cosa? y en el caso de que sea otra cosa... ¿debemos aplicar o no tratamiento? y ¿cual? en su caso particular ¿debemos tener otras consideraciones prácticas?

Ya soy yo de nuevo. El caso de esta semana abre realmente muchas posibilidades, así que Toni y yo esperamos vuestros comentarios. No sé si podréis esperar hasta el miércoles para conocer la respuesta, de momento os dejo con este vídeo. Cada pájaro, un signo y/o un síntoma. Entre todos, una enfermedad. Que los pajaritos individuales no os despisten.


A bird ballet | Short Film from Neels CASTILLON on Vimeo.

Sarampión: esa enfermedad que creímos olvidada

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Diferenciar entre los múltiples agentes que pueden originar un rash es siempre un desafío, pero no es infrecuente. De hecho, en el examen MIR de hace escasos días se ha planteado una pregunta en este sentido. Existen sin embargo una serie de indicios que nos permiten orientar el caso hacia uno u otro escenario (hecho que como veremos puede tener una gran importancia en determinados pacientes) aunque el margen de error sigue siendo importante.

Un inocente rash tras administrar Augmentine® en un paciente con una mononucleosis, puede hacer que le colguemos el sambenito de alérgico a la penicilina, pero también es posible que pasemos por alto infecciones víricas que se conviertan en una importante fuente de problemas, y no podamos ofrecer todas las medidas terapéuticas con las que contamos al errar el diagnóstico.

Así pues... ¿que hacer en primer lugar? En nuestra opinión -y en la de muchos de vosotros- lo fundamental es la historia clínica. Tendremos que tomarnos un tiempo para averiguar los hechos y, sobre todo, su cronología. En algunos casos esta información básica puede ser suficiente para realizar un correcto diagnóstico, aunque no siempre.

 Back of female with measles
Hace no muchos años, cuando para ver sarampión teníamos que ir a los libros clásicos

En el amplio abanico de reacciones cutáneas a medicamentos, el llamado rash es la forma mas frecuente, y son sus múltiples elementos máculo-papulares los que nos inducen a error con los exantemas virales. Dependiendo de la distribución y características de las lesiones podrán confundirnos con uno u otro agente vírico. Debemos tener en cuenta que la mayoría de rashes secundarios a fármacos se producen entre la primera y la tercera semanas después del inicio de la toma del fármaco y que su comienzo suele ser en el tronco y de distribución simetrica en el resto del cuerpo. La presencia de fiebre, si bien debe hacernos pensar en un proceso infeccioso, no es exclusivo de éste. Recordemos que los fármacos que más habitualmente se ven implicados son los antibióticos y los antiinflamatorios no esteroideos, ampliamente utilizados.

Llegados a este punto, ¿le hacemos o no biopsia? Controvertido: Si bien el tener los resultados de una anatomía patológica en una semana sería de utilidad, en numerosas ocasiones es un hecho utópico, por lo que tener los informes en 4 semanas de un proceso que se resolverá previsiblemente en 1 ó 2 a lo sumo, y contando con otras herramientas diagnósticas, no parece en principio demasiado útil. De realizarla, en el rash por fármacos existe en la dermis un infiltrado leve o moderado perivascular linfocitario y con algunos eosinófilos junto con edema. La epidermis suele estar conservada, pero puede mostrar algunos daños basales, con vaculización y espongiosis, linfocitos intraepidérmicos o queratinocitos necróticos. En el caso del sarampión y otras virasis la pieza mostraría -en teoría- dilatación de vasos en la dermis superficial con edema e infiltrado neutrofílico y monocitario en el lecho capilar. Puede haber infiltrado linfocitario, como en el caso de las reacciones a fármacos, aunque es mas raro que aparezcan eosinófilos. Además se observan hematíes fuera de los vasos y la epidermis puede mostrar hiperqueratosis y vacuolización.
Lo más útil es la suspensión del fármaco y solicitar serologías de enfermedades exantemáticas, las cuales pueden mostrar IgM o incremento de IgG en pacientes vacunados.

En el caso de Maite, el exantema apareció con posterioridad a la fiebre, malestar general y odinofagia y también a la toma de antiinflamatorios y amoxicilina, por lo que a priori, sólo la fiebre y la progresión cráneo-caudal de la erupción nos orienta sobre un proceso infeccioso. Las lesiones que mostraba la paciente, con importante componente macular y confluentes hacían pensar en un sarampión más que en una piel escaldada o una rubéola, aunque es cierto que no siempre los patrones virales siguen el canon a la perfección.

Child with meales
Niño afecto de sarampión, en Ghana

Además debo añadir un dato que oculté premeditadamente -no podía mostrar todas las cartas a la primera de cambio-, y es que la paciente presentaba pequeñas pápulas blanco-azuladas en la mucosa yugal que podrían corresponder con manchas de Koplik. Las manchas de Koplik son un signo patognomónico de la enfermedad, aunque hay que saber identificarlas y son muy precoces y efímeras. Deben su nombre a Henry Koplik, pediatra americano que descubrió también el germen de la tos ferina. Si bien la localización clásica las sitúa a la altura del primer y segundo molar, no conozco la base fisiopatológica para que se limiten a esta localización.
En nuestro caso no realizamos biopsia, pero sí analítica general (normalidad bioquímica y elevación leucocitaria con desviación izquierda), suspendimos la medicación, pasamos a paracetamol y solicitamos serologías que mostraron elevados títulos de IgM-sarampión y negatividad de la IgG varias semanas mas tarde.

Ahora bien. Considerando el embarazo (semana 19) y la alta probabilidad diagnóstica, ¿iniciariais tratamiento con inmunoglobulinas? ¿Debemos considerar el aborto por riesgo de malformaciones?
Remitimos a la paciente a ginecología, pero no parece indicado el uso de Ig en pacientes que ya presentan la enfermedad florida o en resolución. Sí lo estaría en aquellas pacientes embarazadas que hubieran estado expuestas al contagio, antes de desarrollar la enfermedad. No obstante, se podría plantear su uso para evitar complicaciones en una paciente inmunodeprimida.
Revisando la literatura, parece que el sarampión es escasamente teratógeno, y que el aborto y el parto prematuro son las principales complicaciones, por lo que ofrecer la posibilidad de interrupción de embarazo no parece estar indicado.

Por último añadir que en los últimos años y debido al estado vacunacional de la población y a los screenings en las consultas pregestacionales, el diagnóstico de infecciones exantemáticas en embarazadas es un hecho aislado. Aún así, me gustaría conocer cuál habría sido vuestra actuación, sobre todo en lo referente al tratamiento con inmunoglobulinas.
Hasta pronto.

Hola! Soy Rosa de nuevo. Poco más puedo añadir, así que os dejo con este vídeo alucinante de siluetas sobre la luna llena del pasado enero en Nueva Zelanda. Que lo disfrutéis...


Full Moon Silhouettes from Mark Gee on Vimeo.

Perro ladrador... y mordedor

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En esta ocasión nos llaman de Medicina Interna. Quieren que vayamos a ver a una paciente ingresada. Se trata de Elena, una mujer de 65 años, sin alergias a medicamentos ni otras enfermedades. 48 horas antes había sido mordida por uno de sus perros en el codo derecho. Al principio no le dio mayor importancia, casi ni se le notaban las marcas de los dientes, apenas un rasguño al intentar separar al perro más veterano de la casa (un caniche), de otro recién llegado (por lo visto los animales no se llevaban muy bien). Los animales estaban bien cuidados y correctamente vacunados, según nos contó.


La cuestión es que, de manera progresiva había presentado dolor y tumefacción en la zona distal del antebrazo y de la mano, con fiebre que había llegado a los 40ºC y vómitos. Así que su marido la llevó a urgencias del hospital y de ahí terminó en una de las camas de Medicina Interna.


En urgencias le realizaron una analítica, en la que destacaba una leucocitosis de 16.500/L (con un 83% de neutrófilos) y una proteína C reactiva de 133 mg/L. La radiografía simple de muñeca y la placa de tórax fueron normales. Por supuesto, le realizaron hemocultivos seriados y alguna otra exploración complementaria, pero hasta el miércoles no os puedo dar más pistas.

Y esto es todo por el momento. No parece que haya demasiado misterio, pero habrá que empezar tratamiento lo antes posible (naturalmente Elena ya había iniciado tratamiento en urgencias, y cuando fuimos a verla sólo tenía febrícula).

Pues bien, ¿que tratamiento daríais de entrada ante este cuadro? ¿Alguna otra exploración complementaria? ¿Cuántos días mantenemos el tratamiento? ¿La dejamos ingresada o la mandamos para casa?

Intentaremos contestar a todas estas preguntas el próximo miércoles (o en este link). Por supuesto, el vídeo de hoy va de perros. En concreto, unos a los que les gusta ir en coche, melena al viento.


Dogs in Cars from keith on Vimeo.

Dermatología "a bocados"

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Los dermatólogos no estamos demasiado acostumbrados a tratar con mordeduras dado que, como es lógico, suelen ser un problema que se consulta en el ámbito de urgencias (y no hay dermatólogo de guardia), pero sí nos llaman a menudo desde otras especialidades para que pautemos las curas tópicas cuando existe alguna alteración de la integridad cutánea.

De manera que he aprovechado para repasarme el tema y explicároslo (como fuente principal he utilizado la página de Fisterra y este reciente artículo de Clin Microbiol Rev. La revisión que hacen estos autores chilenos es muy completa e interesante).

Las principales consecuencias de una mordedura (de animal o de otro ser humano) van desde la transmisión de enfermedades (como la rabia o el tétanos), pasando por infecciones locales o sistémicas, fracturas y secuelas físicas y psicológicas.

Imagen tomada a las 3 semanas del alta hospitalaria

La mayor parte de las mordeduras que podemos ver son producidas por animales domésticos (80% perros y 10-18% gatos), y un pequeño porcentaje por otros bichos más exóticos. En España se registran anualmente entre 48-50 casos por 100.000 habitantes (aunque hay que tener en cuenta que mucha gente no llega a consultar). Curiosamente (o no) los menores de 14 años presentan 4 veces más riesgo de ser mordidos, y los varones 1,4 veces más que las mujeres (es lo que tiene la testosterona). Aunque en la mayor parte de los casos no revisten mayor gravedad, entre 15-20% se infectan y un 1-5% precisarán hospitalización. Curiosamente, las mordeduras producidas por gatosse infectan más que las de sus compañeros caninos (quizá porque se tiende a darles menos importancia). Por localizaciones y como es de esperar, las extremidades se afectan con mayor frecuencia.

¿Qué hay que tener en cuenta ante un paciente “mordido”?
  • Las características del animal y su estado de vacunación.
  • Antecedentes médicos del paciente (si es diabético, inmunosupresión, edad, gestación, etc.)
  • El grado de severidad de la mordedura (sangrado activo, afectación de órganos, fracturas óseas).
  • Localización y número de heridas, tiempo de evolución, sutura previa, ...

Y lo más importante, ¿cómo hay que proceder? Vayamos por partes (adaptado de Barcones Mingueza F, 2002; CKS, 2007; Medeiros I, 2008):
  • Métodos de limpieza: limpieza con agua tibia, irrigar con solución salina estéril con una jeringa a alta presión y evitar la aplicación de frío local, ya que puede favorecer la necrosis.
  • Cultivar ante sospecha de infección o aquellas mordeduras entre 8 y 24 horas.
  • Si existe tejido desvitalizado o necrótico, proceder al desbridamiento. En heridas muy extensas, afectación de la articulación metacarpo-falángica (puño cerrado) y mordeduras craneales por un animal grande, realizar exploración y desbridamiento quirúrgicos.
  • Uno de los temas más controvertidos es sobre la conveniencia o no de suturar la herida, que en general no se recomienda salvo en heridas de menos de 12 horas sin afectación de estructuras profundas y con bajo riesgo de infección (hay quien recomienda un cierre diferido a los 3-5 días, o incluso dejarlas por segunda intención). Todo ello va a depender de las circunstancias de cada caso.
  • En todos los casos se recomendará la vacunación antitetánica si no está al día y se valorará el riesgo de rabia y la correspondiente vacunación. Vale la pena saber que el jabón destruye el manto lipídico del virus de la rabia.
  • ¿Y qué hay de los antibióticos? Pues que se recomendarán siempre en las primeras 48 horas, cuando se trate de mordeduras humanas, heridas moderadas o graves, heridas punzantes, mordeduras en cara, manos, pies, área genital, y pacientes inmunodeprimidos o esplenectomizados, siendo de elección amoxicilina-clavulánico (o como alternativa ciprofloxacino, clindamicina o eritromicina + metronidazol), durante 7 días. Si han pasado 48 horas y no hay signos de infección, no es necesario realizar tratamiento. Pero si nos vamos a una revisión de Cochrane Library se concluye que la antibioterapia (en ausencia de signos de infección) no parece disminuir la tasa de infección en mordeduras causadas por perros o gatos (curiosamente sí ha demostrado su eficacia en mordeduras humanas).

Respecto a los agentes microbianos involucrados en mordeduras de perros, hay que tener en cuenta que la mayoría de estas infecciones tienen un origen polimicrobiano, siendo los más frecuentes Pasteurella multocida, Staphylococcus aureus, Pasteurella septica, Pasteurella canis, Streptococcus sp, Moraxella sp, Eikenella corrodens, Capnocytophaga canimorsus, Corynebacterium sp, Bergeyella zoohelcum, bacterias NO-1, Bacteroides fragilis, Fusobacterium sp, Veillonella parvula, ...

¿Y qué pasó con Elena, nuestra paciente? Pues que le realizaron una ecografía que demostró signos de celulitis profunda con fascitis superficial, y en los hemocultivos se aislaron Streptococcus grupo mitis y Capnocytophaga sp. Como que la evolución inicial fue mala y aún no se disponía de los hemocultivos, se inició tratamiento con linezolid e imipenem (un profesor mío decía aquello de “imipenem y no mires a quien”), para posteriormente volver a pasar a amoxicilina-clavulánico por vía oral. Las lesiones se fueron resolviendo lentamente (Elena estuvo 10 días ingresada) y a las 3 semanas después del alta aún se apreciaba un eritema moderado y toda la zona discretamente indurada. El caniche se encuentra estupendamente.


Hoy os dejo con un vídeo alucinante. Ponedlo a pantalla completa con los altavoces. Vale la pena (y también salen bichos que muerden).


WWF PARALLAX SEQUENCE from Make Productions on Vimeo.

Unas heridas muy extrañas

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Olga se encuentra ingresada en Medicina Interna, aunque según ella todo lo que le pasa es “externo”, y ahí es donde entramos nosotros. Olga tiene 62 años y como antecedentes a destacar es hipertensa (toma amlodipino), ha tenido litiasis renal, lleva una prótesis de rodilla y toma una pastilla para dormir. Y si no fuera por esas heridas que le salieron hace ya 10 días, estaría perfectamente.



No recuerda haberse golpeado con nada, pero empezó con un edema en la pierna izquierda, al principio bastante doloroso, y al cabo de los días se formaron estas dos heridas, la más grande en la cara interna de la pierna izquierda (12 cm) y la otra en el muslo de la misma extremidad (6 cm), de bordes bien definidos y de aspecto necrótico.



En su centro de salud la habían tratado con amoxicilina-clavulánico y curas locales con apósitos de plata, pero ante la mala evolución de las lesiones la remitieron al hospital, desde donde la ingresaron. Las lesiones son las que veis, y la segunda imagen la tomamos dos días más tarde. Aunque al principio había tenido artromialgias generalizadas y algo de malestar general, con febrícula, Olga no nos refería ninguna otra sintomatología. Y pese a que las lesiones eran muy llamativas, no le dolían demasiado.

Por dar alguna que otra pista os adelanto que en la analítica sólo destacaban una leve leucocitosis y una elevación importante de la proteína C reactiva (230 mg/L), con marcadores inmunológicos normales (ANA, anti-ENA, anti-DNA , complemento). La radiografía de tórax y de la extremidad fueron normales, así como la ecografía Doppler que descartó tromboflebitis.

Dos días más tarde...
Os advierto que el de hoy no es un caso sencillo, y tampoco cotidiano, aunque vemos varios casos al año en nuestro hospital, así que vamos allá:
  • Premio para el primero que acierte el diagnóstico (bueno, no un premio de verdad, pero aquí quedará para la posteridad).
  • Supongo que todos estaréis de acuerdo en que debemos realizar una biopsia.
  • ¿Se os ocurre alguna otra exploración complementaria para ir adelantando? ¿O esperamos al resultado?
  • ¿Empezamos algún tratamiento o esperamos? ¿Mantenemos el antibiótico?

El miércoles revelaremos la solución, pero hoy os dejo con este vídeo de lo que hubiera pasado si a Van Gogh le hubieran hecho un retrato sobre su obra. Curioso...


Revealing The Truth from Tadao Cern on Vimeo.

Pioderma gangrenoso y dos años de blog

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He de confesar que el caso de Olga me trajo de cabeza durante un par de semanas, ya que las lesiones iniciales me sugerían de entrada un origen externo (pero claro, ella no se había quemado con nada). También me despistaba que esas heridas no le provocaran un dolor intenso, pero finalmente la evolución de las lesiones y el resultado de varias biopsias (una no fue suficiente) nos llevaron al diagnóstico de pioderma gangrenoso.

El pioderma gangrenoso (PG) es una entidad clínico-patológica cutánea que se enmarca en el espectro de las llamadas dermatosis neutrofílicas. Aunque su incidencia real se desconoce, hay estimaciones que sugieren que se producen unos 3 casos por cada millón de habitantes y año, de modo que estaríamos ante una enfermedad rara, aunque creo que vale la pena conocerla, ya que estos pacientes se caracterizan por dar vueltas y más vueltas hasta que son correctamente diagnosticados. Es más frecuente entre la 3ª y 5ª décadas de la vida, con un ligero predominio femenino. Aquí podéis encontrar una revisión reciente interesante en castellano.

Aspecto de las úlceras al cabo de 1 mes de la primera visita



Su etiología es desconocida (para variar), aunque se ha sugerido que el problema de base pueda ser un defecto en la quimiotaxis o reactividad de los neutrófilos.

La presentación clínica del PG es variada y no existe ninguna prueba diagnóstica de laboratorio, ni hallazgos histopatológicos patognomónicos, de ahí la dificultad para etiquetar correctamente a estos pacientes. En general los pacientes refieren dolor. Mucho dolor, desproporcionado al aspecto clínico de las lesiones (eso es lo que más nos despistó con Olga). Un 25% de los enfermos nos cuentan que las lesiones se han iniciado en zonas que habían sufrido traumatismos menores (lo que se conoce como fenómeno de patergia), y luego las lesiones progresan rápidamente, con destrucción cutánea en días- semanas. Siempre tendremos que interrogar acerca de fármacos (yoduros, hidroxiurea), infecciones, artralgias, síntomas digestivos, enfermedades hematológicas, pèrdida de peso, etc.

Clínicamente las lesiones de PG pueden clasificarse en ulcerativas (la forma clásica, que presentaba nuestra paciente), ampollares, pustulares o vegetantes. La forma ulcerativa es la más frecuente, y suele presentarse como una pústula o forúnculo (único o múltiple) con bordes inflamatorios, que se va agrandando hasta convertirse en una úlcera erosiva, dolorosa, que puede llegar a exponer músculos y tendones.

A los 3 meses del inicio del cuadro



Es importante remarcar que el PG puede llegar a comprometer órganos internos (pulmones, hígado y bazo) con abscesos estériles que nos pueden complicar bastante el diagnóstico.

Ante lesiones de estas características, debemos solicitar una batería de exploraciones bastante amplia: hemograma (anemia, leucocitosis y aumento de VSG), perfiles renal y hepático, autoanticuerpos (anti-Ro, La, ANA, ANCA, antifosfolñipidos, factor reumatoide), electroforesis de proteínas séricas (10% presentan gammapatía monoclonal), radiografía de tórax, ECG y cultivos de las lesiones cutáneas. Además debe tomarse una biopsia del borde de la lesión.

Sin embargo, la anatomía patológica es inespecífica, y depende mucho de la forma histológica, el momento evolutivo y la zona biopsiada. En general, las biopsias del centro muestran una intensa infiltración neutrofílica con abscesos, mientras que en la periferia el infiltrado es mixto o linfocítico, con daño vascular.

Un 50% de los casos de PG se asocia a enfermedad sistémica, siendo lo más frecuente la enfermedad inflamatoria intestinal, artritis seronegativas, síndromes linfoproliferativos y paraproteinemias.

El diagnóstico diferencial es interminable, dependiendo de la forma clínica y de la localización, de modo que se han propuesto una serie de criterios “mayores” que hacen probable el diagnóstico de PG:
  • Aparición súbita de una lesión dolorosa ulcerativa en un paciente (una vez excluidos fármacos).
  • Evidencia histológica de marcada neutrofilia en ausencia de vasculitis, una vez descartados tumores e infecciones.
  • Exclusión de estasis, oclusión vascular o vasculitis.
Si un paciente no cumple todos estos criterios, nos podemos apoyar por otros criterios “menores”, como la localización característica (en piernas o periostomal la forma ulcerativa), progresión rápida con dolor intenso, enfermedad sistémica asociada, y disminución rápida del dolor al iniciar corticoterapia sistémica.

Es importante realizar correctamente el diagnóstico, puesto que el PG activo o mal controlado conduce una importante morbilidad. También hay que tener en cuenta y controlar las posibles complicaciones derivadas de los tratamientos, por lo que estos pacientes deben ser controlados de manera estrecha.

El PG ulcerativo es una enfermedad crónica y recurrente, y los pacientes mayores de 65 años y varones parecen tener un peor pronóstico.

El tratamiento del PG no es un camino de rosas. Una úlcera que se forma en días o pocas semanas puede tardar muchos meses en epitelizar, incluso con el mejor de los tratamientos, de manera que las medidas generales, la analgesia apropiada y los cuidados de enfermería son fundamentales.

Casi siempre será necesario recurrir a tratamiento sistémico para el control de estas lesiones, siendo el más utilizado la prednisona oral (inicialmente a dosis altas de 1 mg/kg/d) seguido de ciclosporina A, ambos con nivel de evidencia 2 (como la talidomida). Los fármacos anti-TNF también pueden jugar un papel en algunos de estos pacientes (infliximab tiene nivel 1 de evidencia), y finalmente en algunos casos pueden utilizarse metotrexato, dapsona o azatioprina. Siempre valorando cada caso de manera individualizada. El injerto de piel debe evitarse a ser posible, puesto que puede inducir nuevas lesiones en las zonas dadoras, aunque se encuentran bajo investigación la utilización de tejidos cultivados.

Reepitelización casi completa a los 6 meses

Olga respondió de manera satisfactoria al tratamiento con prednisona, aunque de manera muy lenta (podéis ver la serie de imágenes)  y con efectos secundarios que nos hicieron cambiar a ciclosporina, que ha tolerado sin ningún problema. Además no se ha detectado ninguna enfermedad sistémica asociada. 7 meses más tarde hemos podido retirar toda la medicación. Ahora sólo nos queda ser optimistas y esperar que no se repita.

Para terminar sólo recordar que tal día como hoy hace ya 2 añitos este blog comenzaba su andadura. Por aquel entonces ni me imaginaba la acogida que iba a tener, así que sólo me queda agradeceros vuestro interés, semana a semana. 211 entradas, más de 100 casos clínicos y aún quedan muchos temas por tocar, así que de momento hay Dermapixel para rato.

Hoy quería poner un vídeo especial, pero no se me ocurría ninguno, así que os dejo con éste, a ver si sois capaces de verlo sin bostezar (yo he sido incapaz).


Yawns from Everynone on Vimeo.

Un acné muy raro

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Eso fue lo que nos dijo Nacho, de 37 años, cuando vino por primera vez a la consulta: que lo que tenía era acné, “pero muy raro”. Más que nada porque recordaba tener las lesiones  desde siempre, y las tenía localizadas en la zona del tronco izquierdo, sin que sobrepasaran la línea media, como podéis ver en las imágenes. Y no; no tenía granos en otras localizaciones (ni en la cara, ni en el lado derecho). Nacho trabaja como repartidor y no tiene ninguna otra enfermedad, que él sepa.


El problema (aparte del estético), era que con frecuencia algunas de las lesiones se le inflamaban, y más de una vez había tenido que ir a urgencias por dolor y supuración. Por eso finalmente se había decidido a consultarnos. Quería saber si se podía hacer algo más.



Como que las imágenes hablan por sí mismas (el comedón abierto es la lesión elemental estrella en el caso de hoy), me abstendré de describirlas.
  • ¿Qué os parece? ¿Podemos llamar a esto acné? ¿o es otra cosa?
  • ¿Necesitamos hacer alguna prueba o no nos la podemos ahorrar?
  • ¿Y qué hay del tratamiento?
El miércoles intentaremos aclararlo. Mientras tanto os dejo con este curioso vídeo; es un timelapse, pero tomado mediante infrarrojos. El resultado es algo fantasmal, pero me encanta.


Movements in Red from Andrew Shurtleff on Vimeo.

Nevo comedónico: ni es un lunar, ni son comedones

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Porque lo que tenía Nacho en realidad era un raro hamartoma de la unidad pilo-sebácea, que se conoce con el nombre de nevo comedónico (o nevo zoniforme, o nevo acneiforme unilateral), entidad descrita por Kofmann en 1895.

Se presenta ya desde el nacimiento (50%) o a lo largo de la infancia (habitualmente antes de los 10 años de edad), de manera esporádica, afectando a niños y niñas por igual, como poros dilatados que parecen comedones abiertos con tapones de queratina siguiendo un patrón lineal o zosteriforme. Son más frecuentes en cara, cuello o tórax, aunque también pueden afectar a las extremidades. También están descritos en palmas, plantas e incluso en el glande.



Se trata de lesiones benignas, pero que son persistentes y no mejoran con la edad (además de poder empeorar después de la pubertad). En ocasiones las lesiones pueden inflamarse, originando supuración, dolor y tendencia a dejar cicatrices importantes. Está descrita la formación de quistes en estas lesiones.

Si realizáramos una biopsia (no lo hicimos en nuestro caso) veríamos unas invaginaciones epidérmicas llenas de queratina asociadas a glándulas sebáceas o folículos atróficos.

El diagnóstico clínico suele ser sencillo (claro que, como siempre, para ello hay que conocer la entidad), aunque en ocasiones hay que diferenciarlo de un acné vulgar, acné neonatal, nevo sebáceo, cloracné y enfermedad de Darier lineal.



Pese a no existir un tratamiento curativo, las lesiones pueden mejorar con retinoides tópicos, extracción mecánica de los restos de queratina, peróxido de benzoilo, ácido salicílico, lactato amónico, etc. La variante inflamatoria sí que suele obligar a intervenir y pueden ser necesarias tandas de antibióticos sistémicos o tratamiento quirúrgico en algunos casos. En algunos casos, tratamientos con dermoabrasión o láser resurfacing pueden conseguir buenos resultados, aunque este tipo de tratamientos no podremos ofrecerlos en el hospital.
Por último, recordar que la isotretinoína oral no es una buena opción en estos casos, dado que las lesiones recidivarían invariablemente al suspender el tratamiento, y no estaría justificado un tratamiento a largo plazo en estos casos.

A Nacho le realizamos de entrada vaciado mecánico de las lesiones de mayor tamaño y posteriormente indicamos tratamiento con un adapaleno, mejorando el aspecto de las lesiones, como podéis comprobar en las imágenes. La foto dermatoscópica os la he puesto sólo por curiosidad, pero en absoluto es necesario el dermatoscopio para llegar al diagnóstico.

Hoy os dejo con un vídeo curioso: ¿qué pasa si podemos una cámara GoPro Hero en un trombón mientras lo estamos tocando? Que lo disfrutéis...


GoPro: David Finlayson's Trombone Silliness from GoPro on Vimeo.

Picores rabiosos

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Porque Yolanda, una niña de 6 años, rascaba como una posesa cuando sus padres la trajeron a la consulta remitida desde urgencias de pediatría. No se explicaban qué podían ser estas lesiones que habían empezado a aparecerle hacía 2 días y que iban en aumento de manera preocupante. No es que la niña pareciera muy enferma: aparte del desespero provocado por el picor, no tenía fiebre ni ninguna otra sintomatología.

Espalda de Yolanda

Pero sus padres estaban preocupados, claro. Tenía las lesiones que podéis ver en las imágenes (me abstendré de describirlas, creo que las fotos son suficientemente representativas) en el tronco y extremidades (algo más en muslos, más dispersas en piernas y antebrazos). No tenía lesiones en la cara ni en el cuero cabelludo, tampoco en la mucosa oral, y las palmas y plantas se encontraban respetadas.



Así que tenemos a una niña rascando y unos padres algo angustiados. ¿Qué hacemos? ¿Es necesaria alguna exploración complementaria? ¿Necesitamos hacer más preguntas a los padres o a Yolanda? ¿Empezamos ya tratamiento? ¿O esperamos a ver evolución o resultados? ¿Algún pediatra en la sala?

De momento y hasta el miércoles os dejo con este Timelapse alucinante desde Namibia.


Namibian Nights from Squiver on Vimeo.

Picaduras: cuestión de malas pulgas

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Aunque el cuadro que presentaba Yolanda era muy aparatoso, si nos fijábamos en las lesiones individualmente podíamos ver que se trataban de pápulas con un punto central con vesiculación, imagen altamente sugestiva de picadura de insecto.

Es curioso, porque cuando realizamos un diagnóstico de estas características la reacción del paciente (o familiares) casi siempre es de absoluta incredulidad. Podemos diagnosticar la enfermedad más rara que se nos ocurra y el paciente no pondrá ningún reparo, pero lo de “picaduras” no se acepta fácilmente. Y la primera pregunta siempre es: ¿picaduras de qué? Pero claro, eso ya no es tan fácil de contestar (se dice el pecado, pero no el pecador).

Claro que a veces las lesiones nos pueden dar alguna pista para descubrir al presunto culpable. Teniendo en cuenta que nos encontramos en España, ante lesiones como las de Yolanda podemos pensar en pulgas, chinches o mosquitos, aunque la presencia de múltiples lesiones, de distribución “en línea” nos hace pensar más en seres que caminan respecto a los que vuelan.

Las pulgas pertenecen al orden Siphonaptera. Estos insectos hematófagos no poseen alas y son capaces de saltar una altura considerable (18 cm). Además de la picadura, hay que tener en cuenta que algunas especies son capaces de transmitir enfermedades (peste bubónica o tifus endémico). Aunque lo más frecuente es que produzcan una irritación mínima en personas no sensibilizadas, pero en individuos sensibilizados (sobre todo niños), la saliva antigénica es capaz de producir una urticaria papular o reacciones ampollares.

Micrografía electrónica de una pulga. Tomada de Wikipedia: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ctenocephalides-adult-flea.jpg

Por otra parte, el orden Hemiptera comprende la familia Cimicidae, que incluye la especie Cimex lectularius (chinches). La chinche común (en inglés conocida como bed bug) ha sido un azote para la humanidad durante siglos. Se alimenta de noche (aunque este bicho es capaz de estar un año sin comer) y de día permanece oculta en grietas y hendiduras de las camas, marcos de cuadros, papel de la pared, etc. Son atraídas por el calor corporal y la producción de CO2 de la pobre víctima. Se ha postulado su papel como vectores de enfermedades, y aunque se ha demostrado que pueden albergar patógenos como el de la hepatitis B, no existen actualmente evidencias de que sean vectores en su estado natural. Las lesiones consisten en pápulas agrupadas, a menudo lineales, a veces con un centro hemorrágico. También son posibles las reacciones ampollares.


Cimex lectularius (bed bug)
Chinche común (Cimex lectularius)

Pero lo que está claro es que lo más importante es realizar un diagnóstico correcto, para evitar exploraciones y tratamientos innecesarios.

Respecto a las medidas terapéuticas, por una parte van dirigidas a controlar la sintomatología y la eventual sobreinfección bacteriana, de manera que es correcto utilizar antihistamínicosorales y corticoides tópicos de potencia media-alta (asociados o no a antibacterianos). En este punto es interesante remarcar que los antihistamínicos tópicos, ampliamente utilizados y recomendados en muchas oficinas de farmacia, son potenciales sensibilizantes y por lo tanto, no forman parte del esquema de tratamiento en estos casos. Evidentemente, si los bichos han dejado de actuar, con unos pocos días de tratamiento el prurito y las lesiones irán remitiendo, si bien en muchas ocasiones puede persistir una hiperpigmentación postinflamatoria durante algún tiempo.

Pero en algunas ocasiones la situación se puede cronificar y esto, además de poner en duda nuestro brillante diagnóstico, puede ser más complicado de solucionar, de manera que ante estos cuadros tendremos que intentar hacer algún tipo de tratamiento erradicador. En el caso de las pulgas, una vez hemos tratado si procede a nuestros mejores amigos caninos (o felinos), nos queda echar insecticida por toda la casa y ventilar bien. Si se trata de chinches podemos tener que recurrir a servicios profesionales. Me dejo los repelentes para comentarlo otro día.

Nunca supimos qué bicho fue el responsable de las picaduras de Yolanda (nunca se encontró el “arma del crimen”), pero las lesiones se resolvieron fácilmente después de unos días de corticoides tópicos y un antihistamínico de primera generación administrado por las noches.

Y con esto y un bizcocho… hasta el sábado 30 a las 8, porque me voy de vacaciones y no es plan estar pensando en enfermedades. Espero que no me piquen muchos bichos (y si no, tendré material para la vuelta). Sed buenos.

Hoy un poco de música y color...


Matthew and Me - Old Flame Alight from SoundsCommercial on Vimeo.

Cerrado por vacaciones

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Pues sí. Tengo la manía de irme de vacaciones en los momentos más insospechados, así que me temo que estaré fuera de cobertura unas cuantas semanas, de modo que tendréis que perdonarme si no respondo a vuestros comentarios estos días.

Maldives
Podéis buscarme aquí

Sé que podréis sobrevivir sin mí, pero en cualquier caso Dermapixel regresará a vuestras pantallas el 30 de marzo. Hasta entonces, habrá que conformarse con releer casos antiguos, que ya empieza a haber unos cuantos para entretenerse.

Prometo volver con energías renovadas. Espero que los tiburones y demás bichos marinos sean buenos conmigo (y si no, tendremos nuevo caso en el blog).


The Maldives in RED from Howard Hall on Vimeo.

Me pica todo

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Antonio tiene 41 años, es fumador de 1 paquete al día, trabaja en la construcción, está casado y tiene 3 hijos y un perro. Y ahora se encuentra en urgencias. Hace 5 días que empezó con fiebre de hasta 39,5ºC, y desde hace 4 le empezaron a salir unas lesiones en la cara y el cuero cabelludo. Luego se generalizaron por prácticamente todo el cuerpo, sobre todo en el tronco. Y pican. Pican mucho.


Además le duele la garganta, pero no tiene tos, y no le cuesta respirar. Hace 3 días que fue a su médico de familia, quien le empezó tratamiento con amoxicilina-ácido clavulánico, pero como que sigue igual, finalmente ha acudido a urgencias del hospital, donde la temperatura es de 37,6ºC, la frecuencia cardiaca de 100 lpm, está normotenso y la saturación es del 95%. La exploración es normal salvo por las lesiones que podéis ver en las imágenes. No tiene adenopatías, y el resto de exploración es normal.


Le realizan una analítica que es normal a excepción de unas GOT de 98, GPT 191, FA 195, GGT 230 y PCR de 63. El hemograma es normal.

Detalle de las lesiones

De momento esto es todo lo que tenemos.

  • ¿Tenemos claro el diagnóstico? Seguro que sí.
  • ¿Le pediríais alguna otra prueba? ¿O lo dejamos así?
  • ¿Empezamos tratamiento o esperamos? ¿Mantenemos el antibiótico o lo retiramos?
  • ¿Algún tratamiento tópico? Antonio nos pide algo para el picor.
Pues con este caso Dermapixel arranca de nuevo después del parón de estas semanas. El miércoles tendremos la respuesta (o en este link). Y si queréis saber qué he estado haciendo este tiempo, os dejo el vídeo, grabado íntegramente con la GoPro Hero3 en Maldivas.

Varicela con sorpresa

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Lo cierto es que cuando preparé el caso de Antonio ni recordaba que en noviembre de 2011 os conté lo que le pasó a Juan, de manera que el tema de la varicela ya lo habíamos tratado en el blog. Pero por otra parte, habrá que irse acostumbrando a repetir diagnósticos, o de lo contrario tendría que plantearme cerrar el chiringuito en breve (y eso que aún me quedan muchos). De manera que para repasar el tema podéis consultar este link.


Creo que el caso de esta semana es mucho más claro que el de Juan, las lesiones pustulosas y costrosas eran muy llamativas, así que ni nos planteamos realizar cultivos ni otras exploraciones para confirmar el diagnóstico. No lo dije en su día por no dar demasiadas pistas, pero Antonio tenía dos niños pequeños, y los dos habían pasado la varicela en los días previos.

Pero en este caso en concreto, aunque nuestro paciente estaba asintomático desde el punto de vista respiratorio, se le realizó una radiografía simple de tórax, como es habitual en todo servicio de urgencias (placa, analítica y electro).



La sorpresa (relativa) fue cuando la radiografía fue informada como “nódulos pulmonares y opacidades bilaterales de predominio en lóbulos superiores, con leve reacción pleural apical derecha”. Naturalmente estos hallazgos eran compatibles con una neumonitis por varicela (como corresponde a un paciente fumador como Antonio), aunque por la imagen radiológica pudieran plantearse otras etiologías (émbolos sépticos, tuberculosis, etc.). En cualquier caso, la extensión de las lesiones, la neumonitis y, no lo olvidemos, la hepatitis varicelosa, hicieron que el pobre Antonio se quedara ingresado unos pocos días en el hospital, iniciándose tratamiento con aciclovir y un antihistamínico, con buena evolución del cuadro clínico y normalización de las pruebas hepáticas.

La neumonitis es una complicación poco frecuente de la varicela, y su incidencia se estima en 1 de cada 400 casos (más frecuente en adultos fumadores, pudiendo manifestarse incluso como una enfermedad fulminante). Pero los hallazgos radiológicos sí que son frecuentes en adultos (5-50%). En adultos con antecedente de varicela, no es raro encontrar calcificaciones difusas como hallazgo incidental.

De momento lo dejamos aquí, que estamos en vacaciones y estaréis en otras cosas. Pero la semana que viene volveremos con más.

Hoy toca chica con gran tiburón blanco. Y en apnea. Y se le engancha de la aleta dorsal!! (no lo hagan en sus casas).


¿Hongos en las uñas?

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Ése era el motivo de que Sergio estuviera hoy en nuestra consulta. Su médico ya no sabía qué darle para esos hongos que tenía en las uñas de las manos, en especial la del tercer dedo de la uña derecha, que crecía de manera muy extraña como podéis ver en las imágenes. También nos decía que el resto de las uñas las tenía algo “rugosas”. Y estaba cansado de ponerse tratamientos antifúngicos. Su médico incluso le había recetado itraconazol oral durante 3 meses (que había estado tomando una semana al mes), pero las lesiones no habían cambiado en absoluto.



Sergio tiene 61 años, es hipertenso, y tiene el colesterol y el ácido úrico altos, de manera que toma captopril, atorvastatina y alopurinol, desde hace ya bastantes años. Lo de las uñas le comenzó hace unos 2 años, y nos dice que nunca le han realizado un cultivo o alguna otra exploración. No es que le duelan ni le molesten, pero trabaja de cara al público y está cansado de tener que dar explicaciones.



Pues éste es el misterioso caso de esta semana, que intentaremos resolver el próximo miércoles.
  • ¿Creéis que hay que cambiar el tratamiento? ¿o hacemos un cultivo antes?
  • ¿Tenemos que profundizar en la historia clínica o es suficiente con los datos que nos ha comentado?
  • ¿Creéis que son hongos o hay que replantearse el diagnóstico?

Todo esto y un poco más la semana próxima. ¿Os gustan las frambuesas? Si tenéis mucha hambre, no miréis el vídeo de hoy...


Rouge By Carte Noire - Michael & Philippe - QUAD from QUAD on Vimeo.

Liquen plano: Las uñas pueden ser la clave

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Naturalmente, no eran hongos lo que Sergio tenía en las uñas. Y conforme hablábamos con él nos fijamos en sus labios, que desde el otro lado de la mesa parecían irritados, y le preguntamos que desde cuándo los tenía así, y que si tenía molestias dentro de la boca o picores por el cuerpo. Y cuando abrió la boca, tuvimos claro el diagnóstico.


Porque en algunas ocasiones, las uñas pueden ser la clave que nos proporcione el diagnóstico correcto. Sin biopsias ni otras pruebas. Porque ese reticulado blanquecino en la mucosa yugal era típico de liquen plano, así que ya lo teníamos.

En el caso de Sergio, después de completar la historia clínica, resultó que tenía afectación en uñas y en la mucosa oral. Hace ya algún tiempo que hablamos del liquen plano cuando afectaba a la piel: ¿Os acordáis de Mario, el fontanero? ¿O de Ibrahim?

El compromiso ungueal se observa en un 10-15% de todos los pacientes con liquen plano, siendo raro en niños, así como manifestación única (suele preceder o acompañar a lesiones de liquen plano en otras localizaciones). Los hallazgos más comunes son el adelgazamiento de la lámina ungueal, la formación de surcos longitudinales (onicorrexis) y la fragmentación distal de la placa ungueal (onicosquisis). También pueden presentar onicólisis, hiperqueratosis subungueal o incluso ausencia de la lámina ungueal (anoniquia). Ninguna de estas alteraciones es específica de liquen plano, pero cuando observamos un pterigion (crecimiento anterógrado del eponiquio con adherencia a la parte proximal de la lámina ungueal) sí que es un hallazgo altamente sugestivo de esta enfermedad.



En lo que respecta al liquen plano oral (aunque otro día hablaremos más extensamente de este tema, que es delicado), su incidencia se estima en el 1% de la población adulta, pudiendo ser la única manifestación de la enfermedad. En este caso tendremos que descartar una hepatitis C, cirrosis biliar primaria o hepatitis autoinmune.

En este caso, todos los estudios realizados fueron normales, y las lesiones en la mucosa oral mejoraron tras tratamiento con corticoides tópicos en formulación magistral (para poder aplicarlos dentro de la boca), aunque las lesiones tienen una marcada tendencia a la recidiva, así que tendremos que ir siguiendo al paciente.

Lamentablemente, aunque nos pudimos marcar el tanto en el diagnóstico, no fuimos capaces de hacer lo mismo respecto al tratamiento (y los pacientes suelen pedir que los cures, no que los diagnostiques). El liquen plano ungueal no tiene un tratamiento específico, y pocas veces estas lesiones justifican tratamientos como corticoides sistémicos o intralesionales, así que Sergio se quedó con sus uñas y con una dermatóloga para toda la vida.

El vídeo de hoy va de cine. Estad atentos y a ver si adivináis todas las películas que salen de la A a la Z.


ABCinema - Take 2 from Evan Seitz on Vimeo.

Una erupción curiosa

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Rosario es una chica sana, de 21 años que nunca había tenido ningún problema de piel. Hasta ahora, claro. Su médico nos la remitía con cierta urgencia porque desde hacía algo más de dos semanas le habían empezado a aparecer múltiples lesiones cutáneas, que además le picaban un poco.


Las lesiones son las que veis en las imágenes, pápulas y pequeñas placas eritemato-descamativas, que se iniciaron en la zona del abdomen y fueron progresando hasta el cuello y las extremidades. No se observaba afectación de mucosas, palmas, ni plantas, y Rosario estaría perfectamente de no ser por la piel. Al preguntarle nos explicó que le habían aparecido una semana después de sufrir una faringo-amigdalitis, para la que su médico le había recetado amoxicilina (recuerda que incluso tuvo fiebre).



Pero lo que ahora le preocupa es que cada vez salen más lesiones. Menos mal que (al menos por el momento) no le ha salido nada en la cara. Como que le consiguieron la cita bastante rápido, su médico ha preferido no recetarle ningún tratamiento aparte de ebastina para el picor y una crema de aloe vera.

Pues bien. Aquí os dejo el caso de esta semana. ¿Necesitamos hacer alguna prueba? ¿Biopsia? ¿Análisis? ¿Tendrá el antibiótico algo que ver? ¿Y la infección previa? ¿Podemos empezar tratamiento o esperamos a los resultados? Ah! Pero ¿había que hacer pruebas? Menudo lío.

Espero vuestros comentarios. Los míos los tendréis el miércoles, como siempre. Hoy os dejo con un curioso vídeo. Atentos al dibujo resultante en función del ángulo del artista y la animación resultante. Sacad vuestras propias conclusiones.


Life Drawing at The Book Club from Wriggles & Robins on Vimeo.

Psoriasis guttata: ¿sirven de algo los antibióticos?

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La psoriasis en gotas (o psoriasis guttata) es una forma clínica especial de psoriasis que en general se caracteriza por tener un mejor pronóstico y aparecer en adolescentes y adultos jóvenes.

Clínicamente tiene un inicio brusco, en forma de pápulas y pequeñas placas (2-15 mm) diseminadas eritemato-descamativas de progresión rápida que afectan tronco y extremidades, con prurito variable. Puede ser la forma de presentación de una psoriasis o una agudización de una psoriasis en placas previa. Típicamente (pero no siempre) es precedida por una infección estreptocócica de vías respiratorias altas con elevación del título de Ac antiestreptolisinas (ASLO). Desde el punto de vista genético se asocia al HLA-Cw6.

Como he comentado, se acepta que esta forma de psoriasis tiene mejor pronóstico que los otros tipos, ya que es capaz de remitir rápidamente (por aparatoso que sea el cuadro inicial) con largos periodos de remisión. Sin embargo, en ocasiones (40-60% según algunos estudios) puede progresar a una psoriasis en placas (o de otros tipos).

Foto a las 4 semanas de la primera visita

Aunque el diagnóstico de psoriasis es clínico y suele ser sencillo para cualquier dermatólogo, en ocasiones la psoriasis en gotas nos puede hacer dudar, en especial cuando es un primer episodio de aparición brusca. Al afectar sobre todo a personas muy jóvenes, el diagnóstico diferencial se establece en especial con la pitiriasis rosada de Gibert, que clínicamente puede ser muy similar. Otras entidades a descartar son la pitiriasis liquenoide crónica, el liquen plano (aunque no veríamos descamación), parapsoriasis en pequeñas placas, toxicodermias y sífilis secundaria.

Pero más que el diagnóstico el principal problema suele ser el tratamiento, que puede venir condicionado por dos circunstancias: la edad del paciente (intentaremos ser conservadores y no realizar tratamientos demasiado agresivos, aunque también hay que entender que el paciente y su entorno nos exigirán de alguna manera un tratamiento eficaz) y el tamaño y dispersión de las lesiones, que hace verdaderamente complicado aplicar tratamientos tópicos sólo en las zonas afectas. Por este motivo uno de los tratamientos más utilizados con éxito en estos casos es la fototerapia, en concreto la fototerapia con UVB de banda estrecha (311 nm) y que por no alargar esta entrada la explicaré en otra ocasión.

En la psoriasis en gotas el eterno debate está en si sirven de algo los antibióticos antiestreptocócicos (penicilina o amoxicilina). Hoy en día siguen tratándose con penicilina intramuscular a estos pacientes, pero ¿tiene algún sentido más allá de tratar la faringoamigdalitis en su fase aguda? Pues bien, aunque el papel del estreptococo parece claro como “activador” de la enfermedad, no se ha podido demostrar una firme evidencia que apoye la utilización de antibióticos, ni en la psoriasis en gotas una vez establecida, ni como prevención de la misma ante un episodio de faringoamigdalitis (Cochrane Database, 2000). Tampoco existe ningún estudio randomizado que apoye la amigdalectomía en paciente con brotes recurrentes.

¿Y qué le pasó a Rosario? Lo cierto es que por la intensidad y extensión de las lesiones nosotros le recomendamos unas sesiones de fototerapia UVB de banda estrecha. Pero Rosario tenía problemas para estar viniendo al hospital 2-3 veces por semana durante varios meses, así que le dijimos que usara un tratamiento tópico con calcipotriol y betametasona en forma de gel para que fuera más fácil de aplicar y la citamos en 4 semanas para valorarla. Lo cierto es que a la siguiente visita estaba blanqueada completamente y únicamente presentaba una discreta hiperpigmentación postinflamatoria residual donde antes tenía las lesiones de psoriasis. Ya nos íbamos a poner la medalla cuando Rosario nos confesó que en realidad no había llegado a empezar el tratamiento y que las lesiones habían ido remitiendo sin hacer nada. Una vez más, la naturaleza es sabia y no ha sido necesaria nuestra intervención, al menos por el momento.


Y si después de este rollo os apetece un cafetito, os recomiendo que veáis este vídeo sobre un tipo que se dedica a hacer retratos en la espuma del café. Impresionante...


STORYBOARD: The Fine Art of Coffee Portraiture from Tumblr on Vimeo.

Unos quistes en los párpados

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Josep tiene 66 años, es hipertenso en tratamiento médico y hace dos años ya le extirpamos un carcinoma basocelular en la frente. Hoy acude a la consulta para una revisión (hace ya un año de la última visita), y aprovecha para preguntarnos si se puede hacer algo con estas “bolitas” que le han ido saliendo en el último año en el párpado superior del ojo derecho.



No es que le duelan ni le ocasionen ninguna otra sintomatología, pero empieza a vérselas de reojo y le molesta que todo el mundo le pregunte por ellas. Y ya que está en la consulta del dermatólogo...


Las lesiones son las que veis en las imágenes, no hace falta describirlas, así que vamos con las preguntas:
  • ¿Podemos hacer un diagnóstico de presunción o necesitamos biopsia u otras pruebas?
  • ¿Tenemos que preocuparnos? ¿o no es más que un problema “estético”?
  • En cualquier caso, ¿podemos ofrecerle alguna alternativa terapéutica? ¿cremas o cirugía? ¿le volverán a salir?
De momento la cosa no da para más. El miércoles intentaremos aclarar el misterio. ¿Agobiados? Pues dejad que este gato os dé unos sencillos consejos para sobrellevarlo mejor.


BRETON'S GUIDE TO LIFE (in 10 steps) from Ariel Belziti on Vimeo.

Hidrocistomas: no hay que preocuparse

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Lo cierto es que las lesiones que presentaba Josep no nos preocuparon demasiado. Sólo por su aspecto clínico podíamos aventurar que se trataba de hidrocistomas, y si a Josep no le hubieran molestado, le hubiésemos dicho que no era necesario realizar ningún tipo de tratamiento.

Los hidrocistomas son unos tumores anexiales benignos, de diferenciación ecrina o apocrina, que se localizan habitualmente en cabeza y cuello y adoptan un aspecto quístico. La mayor parte de las veces ocurren en pacientes de mediana edad y de ambos sexos, pudiendo ser solitarios o múltiples, siendo casi siempre asintomáticos. Suelen medir 0,1-1 cm (aunque en casos excepcionales pueden ser de mayor tamaño), y se trata de lesiones quísticas, translúcidas, del color de la piel normal, aunque a veces son pigmentadas, de consistencia variable. Los hidrocistomas ecrinos pueden aumentar de volumen en relación al calor ambiental, llegando incluso a prácticamente desaparecer en las épocas más frías.

Histológicamente, los hidrocistomas ecrinos suelen ser consecuencia de una dilatación de la porción excretora de la glándula ecrina por retención del sudor y obstrucción del conducto sudoríparo. Al microscopio aparecen como quistes uniloculares, con una única cavidad quística compuesta por una o dos capas de células cuboidales. Histoquímicamente las formas solitarias son S100 positivas y PAS negativas.
Los hidrocistomas apocrinos se observan como uni o multiloculares al microscopio, y la pared del quiste se compone de una capa interna de epitelio columnar secretor, observándose gránulos PAS positivos y lipofuscina.

Imagen tomada a los 6 meses del tratamiento quirúrgico

La verdad es que puede ser complicado diferenciar los dos tipos y, francamente, tampoco tiene la mayor importancia. Sin embargo, en ocasiones se nos puede plantear el diagnóstico diferencial con un carcinoma basocelular, en cuyo caso sí será necesaria la realización de una biopsia para un correcto diagnóstico y tratamiento. En lesiones pigmentadas también podemos confundirnos con un melanoma. Otros diagnósticos (aunque con menor relevancia) que se nos pueden plantear son quistes de inclusión epidérmicos, linfangiomas, quistes mucoides o hemangiomas.

Por darle un poco más de emoción al asunto, existen diversas enfermedades hereditarias en las que se puede observar la presencia de hidrocistomas múltiples, como son el síndrome de Goltz-Gorlin y el síndrome de Schopf-Schulz-Passarge (este último no debe ser muy frecuente porque me lo acabo de aprender). Para los más curiosos (y que conste que estamos hablando de entidades muy raras, cuando los hidrocistomas son relativamente frecuentes), os diré que el síndrome de Goltz-Gorlin (también conocido como hipoplasia dérmica focal) ocurre esporádicamente (con algunas familias en las que se ha descrito una transmisión dominante ligada al X), de predominio en mujeres, siendo las manifestaciones cardinales microcefalia, hipoplasia mediofacial, orejas malformadas, microftalmia, hidrocistomas periorbitarios múltiples, papilomas del labio, lengua, ano y axila, anomalías esqueléticas y retraso mental. El síndrome de Schopf-Schulz-Passarge es un síndrome autosómico recesico que se caracteriza por múltiples hidrocistomas apocrinos de los párpados, hiperqueratosis palmo-plantar, hipodoncia e hipotricosis.
Por último, decir que en la enfermedad de Graves también se ha descrito la aparición de múltiples hidrocistomas ecrinos, que seguramente se relacionan con la hiperhidrosis y que se pueden resolver cuando se corrige el hipertiroidismo.

¿Y qué hay del tratamiento? Pues en primer lugar aclarar que si tenemos claro el diagnóstico, no es necesario desde un punto de vista médico recomendar ningún tipo de intervención. Pero cuando las lesiones ocasionan síntomas o, simplemente, son de gran tamaño, podemos recomendar su extirpación quirúrgica, aunque a veces pueden tener tendencia a reaparecer con el tiempo. Otras alternativas de tratamiento con la vaporización con láseres CO2 o láser de colorante pulsado de 585 nm.
En lesiones múltiples hay quien incluso ha recomendado con buenos resultados el tratamiento tópico con atropina al 1% o cremas de escopolamina, pero estas alternativas terapéuticas pueden no ser bien toleradas por sus efectos anticolinérgicos.

Josep finalmente fue intervenido por los oftalmólogos, y aunque sólo han pasado 6 meses, de momento las lesiones no han recidivado y está más que satisfecho con el resultado.


Hoy el vídeo es un Timelapse de la isla vecina, Eivissa. Anteriormente os he puesto alguno del mismo artista, pero acaba de estrenar éste y me encantan. Ponedlo a pantalla completa y con altavoces, toca un momento de relax.


IbizaLights III from Jose A. Hervas on Vimeo.

Es Feria de Abril… y va de lunares

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Carla tiene 11 años, un fototipo III y le encanta ir a clases de vela ligera. Hoy su madre la trae a la consulta derivada desde su centro de salud por unos lunares. En realidad tiene bastantes (su madre también), pero hay dos que han llamado la …. A su pediatra por su tamaño.

Lesión escapular izquierda

En concreto se trata de una lesión pigmentada en la zona escapular izquierda que mide 1,6 cm, papular en el centro y algo más oscura en la zona más gruesa, con pelos terminales en su superficie, y otra algo más alargada en la zona lumbar baja derecha, de casi 2 cm, macular, algo más oscura con algunas zonas pequeñas más pigmentadas, ambas de bordes bien definidos.

Lesión en zona lumbar derecha

Cuando le preguntamos a la madre, nadie en la familia ha tenido cáncer de piel (aparte de la abuela paterna, pero ya era mayor y no saben exactamente de qué tipo era, sólo que la operaron varias veces), y respecto a las lesiones nos cuenta que han ido creciendo de manera paulatina, y que ya las tenía al nacer (mucho más pequeñas, claro). No le duelen y nunca han sangrado, y la de la zona escapular a veces le pica, sobre todo en verano.

Bueno, pues aquí tenéis el caso de esta semana, que día a día vemos en nuestras consultas. Las fotos dermatoscópicas me las reservo para la próxima entrada (al fin y al cabo, el pediatra no tiene dermatoscopio, así es más justo).

¿Qué hacemos? ¿Le extirpamos alguna lesión? ¿O no es necesario? Y aparte de las medidas de fotoprotección, ¿Tiene que volver? ¿Quién controla estas lesiones? ¿El dermatólogo? ¿El pediatra? ¿La madre? ¿La abuela, que está esperando fuera? Por cierto, nos cuentan que en verano cuando van a la playa le tapan los lunares con una tirita, ¿Tiene algún sentido o no hace falta?

Bueno, se abre el debate. Habrá opiniones para todos los gustos, seguro. El miércoles sabréis la mía.

Y ahora, a relajarse un poquito con este Timelapse...


Alchemy from Henry Jun Wah Lee / Evosia on Vimeo.
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