Nos lo enseñaron de pequeñitos (bueno, de estudiantes de medicina): “Uñas verdes = infección por Pseudomonas”. Pero ojo, que la realidad nos demuestra que este axioma no siempre funciona.
El nombre técnico para referirse a una uña verde es cloroniquia (pensad en clorofila, verde que te quiero verde), aunque otros lo arreglan con un “síndrome de las uñas verdes” y tan campantes.
Como su propio nombre indica, este trastorno se caracteriza porque la lámina ungueal adopta una coloración verdosa (en ocasiones más amarillenta, otras con tonos marrones y a veces, más negruzca), que algunas veces se acompaña de paroniquia y de onicólisis distal de las uñas afectas.
La culpa de tanto verde es de la piocianina o pioverdina, metabolitos producidos por P. aeruginosa. Cuando ésta es la causa, se suelen afectar una o dos uñas, y como factores que predisponen a este tipo de infección se encuentran el trabajo manual en condiciones de humedad, diabetes mellitus, traumatismo previo o inmunosupresión. Cuidado porque, una vez instaladas en la uña, el bicho en cuestión constituye una fuente de infección (se han descrito miniepidemias en unidades de cuidados neonatales, por ejemplo, a partir de personal sanitario).
Está muy bien sospechar una infección por Pseudomonas ante una uña verde. Pero es aún mejor si podemos demostrarlo. Entre otras cosas porque condiciona el tratamiento y porque, digan lo que digan los libros de texto, las uñas verdes casi siempre corresponden a infecciones por Candida. De manera que un cultivo no es una mala idea: bacteriológico y micológico (recordemos que el primero lo tendremos en pocos días y el segundo, en un mes). Tampoco son raras las coinfecciones de Pseudomonas + Candida, en que tendremos que tratar los dos bichos.
Y es que el tratamiento es todo un reto (una vez más, las uñas pondrán a prueba nuestra paciencia y la de los pacientes). Hace ya tiempo repasamos las candidiasis ungueales, así que os remito a la entrada correspondiente. Pero si de verdad estamos ante una infección por Pseudomonas, lo primero es recomendar llevar las uñas cortitas (otra opción es realizar una avulsión ungueal pero quizá es demasiado radical como para recomendarlo de entrada). De todos es sabido que las Pseudomonas odian el ácido acético, así que de los remedios “naturales” que pueden tener cierto sentido es mojar esas uñas con vinagre diluido (natural, pero pura química), o incluso frotar la uña con hipoclorito sódico al 2% dos veces al día. Finalmente tendremos que decidir si está justificado un tratamiento oral con una quinolona (aunque en este caso los tratamientos deben ser de 2-3 semanas, y habrá que valorar el perfil riesgo-beneficio), o intentamos antes un tratamiento tópico, con sulfadiazinaargéntica, gentamicina o nadifloxacino (una quinolona que se utiliza para el acné vulgar), durante 1-4 meses.
A Gabriela le dijimos lo del vinagre y le recetamos gentamicina tópica durante varios meses, hasta que se curó (no tengo foto finish, tendréis que creerme). El cultivo fue positivo para Pseudomonas aeruginosa y no se aislaron hongos de ningún tipo.
Si os interesa, podéis ampliar la información en este artículo de Chiriac o este otro de Müller. Ah! Y doy las gracias desde aquí a las microbiólogas del hospital por haberme echado una mano, como siempre.
Hasta la semana que viene! Hoy un Timelapse urbano y nocturno en Gotham City (bueno, San Francisco). Pero parece que Batman vaya a aparecer en cualquier momento.
Gotham City SF // A Timelapse Film from Toby Harriman on Vimeo.
El nombre técnico para referirse a una uña verde es cloroniquia (pensad en clorofila, verde que te quiero verde), aunque otros lo arreglan con un “síndrome de las uñas verdes” y tan campantes.
Pseudomonas en medio de Muller Hinton (con un disco de amikacina) |
Como su propio nombre indica, este trastorno se caracteriza porque la lámina ungueal adopta una coloración verdosa (en ocasiones más amarillenta, otras con tonos marrones y a veces, más negruzca), que algunas veces se acompaña de paroniquia y de onicólisis distal de las uñas afectas.
La culpa de tanto verde es de la piocianina o pioverdina, metabolitos producidos por P. aeruginosa. Cuando ésta es la causa, se suelen afectar una o dos uñas, y como factores que predisponen a este tipo de infección se encuentran el trabajo manual en condiciones de humedad, diabetes mellitus, traumatismo previo o inmunosupresión. Cuidado porque, una vez instaladas en la uña, el bicho en cuestión constituye una fuente de infección (se han descrito miniepidemias en unidades de cuidados neonatales, por ejemplo, a partir de personal sanitario).
Cultivo + para Pseudomonas (en agar chocolate). |
Está muy bien sospechar una infección por Pseudomonas ante una uña verde. Pero es aún mejor si podemos demostrarlo. Entre otras cosas porque condiciona el tratamiento y porque, digan lo que digan los libros de texto, las uñas verdes casi siempre corresponden a infecciones por Candida. De manera que un cultivo no es una mala idea: bacteriológico y micológico (recordemos que el primero lo tendremos en pocos días y el segundo, en un mes). Tampoco son raras las coinfecciones de Pseudomonas + Candida, en que tendremos que tratar los dos bichos.
![]() |
¿A que esta uña también está verde? Pues es por una Candida albicans |
Y es que el tratamiento es todo un reto (una vez más, las uñas pondrán a prueba nuestra paciencia y la de los pacientes). Hace ya tiempo repasamos las candidiasis ungueales, así que os remito a la entrada correspondiente. Pero si de verdad estamos ante una infección por Pseudomonas, lo primero es recomendar llevar las uñas cortitas (otra opción es realizar una avulsión ungueal pero quizá es demasiado radical como para recomendarlo de entrada). De todos es sabido que las Pseudomonas odian el ácido acético, así que de los remedios “naturales” que pueden tener cierto sentido es mojar esas uñas con vinagre diluido (natural, pero pura química), o incluso frotar la uña con hipoclorito sódico al 2% dos veces al día. Finalmente tendremos que decidir si está justificado un tratamiento oral con una quinolona (aunque en este caso los tratamientos deben ser de 2-3 semanas, y habrá que valorar el perfil riesgo-beneficio), o intentamos antes un tratamiento tópico, con sulfadiazinaargéntica, gentamicina o nadifloxacino (una quinolona que se utiliza para el acné vulgar), durante 1-4 meses.
A Gabriela le dijimos lo del vinagre y le recetamos gentamicina tópica durante varios meses, hasta que se curó (no tengo foto finish, tendréis que creerme). El cultivo fue positivo para Pseudomonas aeruginosa y no se aislaron hongos de ningún tipo.
Si os interesa, podéis ampliar la información en este artículo de Chiriac o este otro de Müller. Ah! Y doy las gracias desde aquí a las microbiólogas del hospital por haberme echado una mano, como siempre.
Hasta la semana que viene! Hoy un Timelapse urbano y nocturno en Gotham City (bueno, San Francisco). Pero parece que Batman vaya a aparecer en cualquier momento.
Gotham City SF // A Timelapse Film from Toby Harriman on Vimeo.