El acné es una patología del folículo pilosebáceo provocada en la que intervienen en mayor o menor medida 4 factores clave: el exceso de producción sebácea, el taponamiento del orificio folicular, la colonización por la bacteria Propionibacterium acnes y la inflamación.
Afecta a todo tipo de pieles, pero en personas con fototipos más oscuros el acné adquiere algunas particularidades que vale la pena tener en cuenta de cara a intentar proporcionar un tratamiento adecuado. A continuación vamos a irlas desgranando.
Epidemiología.
El acné vulgar es uno de los motivos de consulta más frecuente en cualquier consulta de dermatología. Un estudio relativamente reciente mostró que el acné era el principal motivo de consulta tanto en pacientes negros (27,7%) como blancos (29,5%) sin tener en cuenta la edad. O sea, que en ese aspecto, no parece que existan diferencias en cuanto al tipo de piel.
Acné pomada.
Lo que sí es cierto es que la utilización en estos pacientes (sobre todo mujeres) de múltiples productos para el cuidado del cabello es capaz de producir lesiones de acné a nivel facial. En 1970 Plewig describió el término “acné pomada” en estas pacientes que usaban productos para el alisado del cabello. Por otra parte, no es extraña la utilización de sustancias “blanqueantes” de procedencia más que dudosa. No es extraño que estos productos contengan corticoides en su composición, pudiendo provocar una dermatitis acneiforme de difícil tratamiento. Una vez más, la historia clínica es fundamental. Son cosas que el paciente no va a relacionar y que, si no las preguntamos, no nos va a explicar.
¿Una patogenia diferente?
Siento decepcionaros, pero no. Aunque hay matices. Si revisamos la literatura al respecto, podremos comprobar que sólo existe un estudio comparando la colonización por P. acnes en piel negra respecto a la blanca, sobre sólo 60 pacientes, que observó una mayor densidad bacteriana en mujeres de piel negra. Pero eso tampoco quiere decir nada. Otros estudios que han intentado establecer diferencias raciales en la fisiología del tamaño y actividad de las glándulas sebáceas han arrojado resultados contradictorios, y siempre con una población más bien escasa de pacientes.
Resultan más curiosos los estudios realizados desde una perspectiva histológica. Vale, también con un número relativamente bajo de pacientes (yo no sé si dejaría biopsiarme la cara por un acné, así que es de entender), ya que cuando se biopsiaron lesiones comedonianas se demostró la existencia de un marcado infiltrado inflamatorio (en contraposición al comedón de un acné en piel blanca, que por definición se considera como una lesión elemental no inflamatoria). Es posible que este hecho pueda guardar relación con una mayor tendencia a desarrollar hiperpigmentación postinflamatoria en estos pacientes.
Más hiperpigmentación y más cicatrices.
No estaríamos hablando de acnés más severos, pero sí de una mayor tendencia a la hiperpigmentación de las lesiones. Tanto, que frecuentemente éste es el motivo de consulta (vienen por las manchas y no por los granos). Por otra parte, las cicatrices hipertróficas y la tendencia a desarrollar un acné queloideo son mayores en estos pacientes, tanto hombres como mujeres.
¿Y qué hay del tratamiento?
En realidad las opciones terapéuticas son las mismas básicamente, atendiendo al grado de severidad del acné en cada paciente y a la situación de cada uno. Se dice que en estos pacientes es importante intentar evitar tratamientos muy irritantes por el riesgo de inducir aún más hiperpigmentación. Respecto a los tratamientos tópicos, el clásico peróxido de benzoilo puede ser de ayuda, así como los retinoides, en especial el adapaleno. Especial mención merece el ácido azelaico al 15% (también usado en el tratamiento de la rosácea) que ha demostrado su eficacia tanto en lesiones inflamatorias como en no inflamatorias. Su principal ventaja en estos pacientes se basa en que además tiene propiedades despigmentantes a través de la inhibición de la proliferación de melanocitos y de la melanogénesis, por lo que es una buena alternativa para utilizarlo solo o en combinación.
Tanto en piel blanca como negra aprovecho para recordar que los antibióticos tópicos en monoterapia nunca son una buena alternativa debido al desarrollo de resistencias.
Evidentemente, si la situación lo requiere, podremos recurrir a los antibióticos orales (doxiciclina) y, en los casos más severos, a la isotretinoína (siempre teniendo en cuenta el deseo gestacional y adoptando las medidas oportunas).
En el caso de Helen, al tratarse de un acné leve, le pautamos un gel antiséptico y tratamiento tópico con ácido azelaico en gel al 15%, con bastante mejoría de las lesiones, aunque no dispongo de las imágenes de seguimiento.
Aquí os dejo parte de la bibliografía revisada para esta entrada.
- Taylor SC. Acne vulgaris in skin of color. J Am Acad Dermatol 2002;46:S98-106
- Shah SK. Acne in skin of color: Practical approaches to treatment. J Dermatol Treat 2010;21:206-11
- Poli F. Acne on pigmented skin. Int J Dermatol 2007;46(S1):39-41
Hoy toca vídeo submarino, una anguila lobo (un bicho de lo más extraño), desde que eclosiona del huevo hasta que pega un bocado a la cámara. Hay que verlo...
From egg to chomp, life of a wolf eel from Peter Kragh on Vimeo.
Afecta a todo tipo de pieles, pero en personas con fototipos más oscuros el acné adquiere algunas particularidades que vale la pena tener en cuenta de cara a intentar proporcionar un tratamiento adecuado. A continuación vamos a irlas desgranando.
Epidemiología.
El acné vulgar es uno de los motivos de consulta más frecuente en cualquier consulta de dermatología. Un estudio relativamente reciente mostró que el acné era el principal motivo de consulta tanto en pacientes negros (27,7%) como blancos (29,5%) sin tener en cuenta la edad. O sea, que en ese aspecto, no parece que existan diferencias en cuanto al tipo de piel.
Acné pomada.
Lo que sí es cierto es que la utilización en estos pacientes (sobre todo mujeres) de múltiples productos para el cuidado del cabello es capaz de producir lesiones de acné a nivel facial. En 1970 Plewig describió el término “acné pomada” en estas pacientes que usaban productos para el alisado del cabello. Por otra parte, no es extraña la utilización de sustancias “blanqueantes” de procedencia más que dudosa. No es extraño que estos productos contengan corticoides en su composición, pudiendo provocar una dermatitis acneiforme de difícil tratamiento. Una vez más, la historia clínica es fundamental. Son cosas que el paciente no va a relacionar y que, si no las preguntamos, no nos va a explicar.
Acné pomada (imagen correspondiente a otra paciente) |
¿Una patogenia diferente?
Siento decepcionaros, pero no. Aunque hay matices. Si revisamos la literatura al respecto, podremos comprobar que sólo existe un estudio comparando la colonización por P. acnes en piel negra respecto a la blanca, sobre sólo 60 pacientes, que observó una mayor densidad bacteriana en mujeres de piel negra. Pero eso tampoco quiere decir nada. Otros estudios que han intentado establecer diferencias raciales en la fisiología del tamaño y actividad de las glándulas sebáceas han arrojado resultados contradictorios, y siempre con una población más bien escasa de pacientes.
Resultan más curiosos los estudios realizados desde una perspectiva histológica. Vale, también con un número relativamente bajo de pacientes (yo no sé si dejaría biopsiarme la cara por un acné, así que es de entender), ya que cuando se biopsiaron lesiones comedonianas se demostró la existencia de un marcado infiltrado inflamatorio (en contraposición al comedón de un acné en piel blanca, que por definición se considera como una lesión elemental no inflamatoria). Es posible que este hecho pueda guardar relación con una mayor tendencia a desarrollar hiperpigmentación postinflamatoria en estos pacientes.
Más hiperpigmentación y más cicatrices.
No estaríamos hablando de acnés más severos, pero sí de una mayor tendencia a la hiperpigmentación de las lesiones. Tanto, que frecuentemente éste es el motivo de consulta (vienen por las manchas y no por los granos). Por otra parte, las cicatrices hipertróficas y la tendencia a desarrollar un acné queloideo son mayores en estos pacientes, tanto hombres como mujeres.
¿Y qué hay del tratamiento?
En realidad las opciones terapéuticas son las mismas básicamente, atendiendo al grado de severidad del acné en cada paciente y a la situación de cada uno. Se dice que en estos pacientes es importante intentar evitar tratamientos muy irritantes por el riesgo de inducir aún más hiperpigmentación. Respecto a los tratamientos tópicos, el clásico peróxido de benzoilo puede ser de ayuda, así como los retinoides, en especial el adapaleno. Especial mención merece el ácido azelaico al 15% (también usado en el tratamiento de la rosácea) que ha demostrado su eficacia tanto en lesiones inflamatorias como en no inflamatorias. Su principal ventaja en estos pacientes se basa en que además tiene propiedades despigmentantes a través de la inhibición de la proliferación de melanocitos y de la melanogénesis, por lo que es una buena alternativa para utilizarlo solo o en combinación.
Tanto en piel blanca como negra aprovecho para recordar que los antibióticos tópicos en monoterapia nunca son una buena alternativa debido al desarrollo de resistencias.
Evidentemente, si la situación lo requiere, podremos recurrir a los antibióticos orales (doxiciclina) y, en los casos más severos, a la isotretinoína (siempre teniendo en cuenta el deseo gestacional y adoptando las medidas oportunas).
En el caso de Helen, al tratarse de un acné leve, le pautamos un gel antiséptico y tratamiento tópico con ácido azelaico en gel al 15%, con bastante mejoría de las lesiones, aunque no dispongo de las imágenes de seguimiento.
Aquí os dejo parte de la bibliografía revisada para esta entrada.
- Taylor SC. Acne vulgaris in skin of color. J Am Acad Dermatol 2002;46:S98-106
- Shah SK. Acne in skin of color: Practical approaches to treatment. J Dermatol Treat 2010;21:206-11
- Poli F. Acne on pigmented skin. Int J Dermatol 2007;46(S1):39-41
Hoy toca vídeo submarino, una anguila lobo (un bicho de lo más extraño), desde que eclosiona del huevo hasta que pega un bocado a la cámara. Hay que verlo...
From egg to chomp, life of a wolf eel from Peter Kragh on Vimeo.